domingo, 9 de marzo de 2008

¿De verdad somos libres?

Todas las personas, en algún momento de su vida, tienen que tomar decisiones, elegir y comprometerse, acciones todas ellas que dan por supuesto que las personas somos libres de organizar nuestra vida como nosotros queramos. Pero, ¿esto es verdad? ¿No es cierto que, desde que nacemos, estamos sometidos a las normas que la sociedad y el Estado nos imponen, y a lo que mandan nuestros padres y profesores? ¿No es cierto que nacemos yacon unas características físicas y psicológicas determinadas?
Quienes contesten afiramativamente a las preguntas anteriores son deterministas, es decir, defienden que el ser humano no es libre, sino que está determinado en sus elecciones.
Sin embargo, el determinismo no explica por qué tenemos la convicción de que somos libres, ni justifica por qué nos sentimos responsables de nuestros actos, ni da respuesta sobre por qué existen la moral, el derecho, la religión y la política.

Lo primero que salta ala vista es que, mientras que los animales se comportan de la misma manera en las mismas situaciones, el ser humano presenta una veridad de comportamientos.
Está claro que la nuestra no es una sociedad sin límites: no elegimos en cada situación entre todas las posibilidades, sino sólo entre una parte de ellas. Lo que nos lleva a pensar que nuestra libertad está condicionada por la dotación genética, la sociedad en la que vivimos, la educación que recibimos, el momento histórico y la cultura a los que pertenecemos...
Sin embargo, condicionamiento no es determinación. Todos esos factores no anulan nuestra capacidad de tomar decisiones y de plantearnos posibilidades. Podremos realizar unas y otras no, pero nada nos impide pensarlas y, sobre todo, nada nos puede impedir adoptar las actitudes que creamos más oprtunas. En muchas ocasiones no tenemos control sobre lo que sucede, pero sí lo tenemos sobre cómo vivir eso que sucede. Y ésta es una dimensión de nuestra libertad que nada ni nadie puede arrebatarnos.

No hay comentarios: