domingo, 18 de mayo de 2008

¿Egoísmo o altruísmo?-la fábula de las abejas de Manderville-

La persona egoísta sólo se interesa por sí mismo, desea todo para si misma. Esa persona ve el mundo exterior sólo desde el punto de vista de lo que puede obtener de él; carece de interés por las necesidades ajenas. No ve más que a sí misma; juzga a todossegún su utilidad. Incluso es básicamente incapaz de amar, pero...¿No prueba eso que la preocupación por los demás y por uno mismo son alternativas inevitables? Sería así si e egoísmo y el "autoamor" fueran idénticos. Pero no es así, ya es que no son idénticos, son realmente opuestos. Una persona egoísta no se ama demasiado, sino muy poco; en realidad se odia. Eso le deja vacío y frustrado.

Así es como yo relacionaba el egoísmo, como un enemigo de la felicidad, por decirlo de algún modo. No obstante, el egoísmo se puede ver desde otro punto de vista:

LA FÁBULA DE LAS ABEJAS DE MANDERVILLE:
Tenemos dos colmenas diferentes de abejas: A y B. La colmena A está gobernada por leyes del altruísmo y la colemna B, por leyes del egoísmo. Entonces nos cuestionamos...¿cuál de las dos colemnas será más próspera?
En la colmena A, las abejas si, bueno, alomejor trabajarán para conseguir alimentos, pero siempre habrá abejas que piensen:¿por qué me voy a matar trabajando si otra abeja lo puede hacer por mi?. O sea, aquí se producirá la redistribución de la comida. Pero claro, cada vez habrá más abejas que piensen del mismo modo: ¿para qué voy a trabajar si, al final del día, voy a recibir comida sin hacer nada a cambio?. Así, cada vez habrá menos abejas trabajando y no habrá sufieciente comida para todas.
En la colmena B, las abejas por supuesto que trabajarán, y siempre más y mejor, porque lo que hacen es para su propio beneficio. Aqui, las abejas piensan de otra forma:¿si yo no trabajo, no voy a tener comida ya que las abejas no van a compartir su comida conmigo? En la colmena B se puede hablar de incentivos: lo que sabemos que vamos a ganar después de un esfuerzo. Aqui todas se "pondrán las pilas" y todas trabajarán para tener más comida. Esta colmena será, sin duda, la más próspera.

sábado, 17 de mayo de 2008

No me importa mi vida ni le importa a nadie. ¿La salida? El suicidio

¿Por qué una persona puede atentar contra su propia vida y llegar a quitársela?
Ésta es una pregunta que nos planteamos cuando nos viene a la cabeza la palabra "suicidio". Inmediatamente pensamos que "algo" le ha pasado en su cabeza al suicida, y respondemos: "No estaría bien, habrá perdido la conciencia". Claro que hay personas que se quitan la vida en un momento de "no uso" de la razón, de locura. Desgraciadamente, también las hay que lo hacen conscientemente. Entonces, de estas últimas, decimos que ha perdido el gusto por la vida, que ya no tenía una razón para seguir viviendo. Pero, ¿no es posible que esa razón no la tengan porque nadie de su alrededor les haya ayudado a tenerla, a encontrarla?
No podemos vivir despreocupados del sufrimiento de los demás. La frase típica de "ése no es mi problema", además de falsa, es cruel: no hay problemas de las personas a las que conocemos que no nos incumben.
Por otra parte, ninguna existencia humana es un completo fracaso, como tampoco es un completo éxito. Siempre hay aspectos de ella buenos, otros regulares y, en efecto, también malos. Cuando por uno de estos últimos una persona descide acabar con su vida, es muy probable que lo haga porque sea el único que los demás han estimado y, al fracasar, ya no tiene sentido seguir adelante.
Pero...¿la vida humana tiene un sentido, o sólo tiene un final, la muerte?
A esta pregunta se han dado básicamente tres respuestas a lo largo de la historia de nuestra cultura:
  1. No hay sentido: nuestra vida y el mundo son un absurdo, y de lo que se trata es de soportar la existencia.
  2. Hay sentido hasta llegar a la muerte: la vida tiene sentido y valor, pero la muerte es el límite absoluto de la vida.
  3. Hay un sentido que va más allá de la uerte, hasta otra vida: lo que defienden las religiones.

No olvides nunca: lA aUtÉnTIcA VIDA huManA sE cOmpOne DE DoS DImENSiONEs. El MUNDO y YO. y NingUna de EllAS es PrEsCINdiBLe.

Moral y ética

La moral es cosa de la vida y, por eso, se expresa en el lenguaje de la vida cotidiana; la ética es reflexión filosófica sobre lamoral y utiliza métodos y lenguaje filosóficos.

No existe la moral, como existen la geografía o las matemàticas, sino una dimensión de las personas a la que llamamos moral. "Ser moral" es un quehacer, una tarea: ir adquiriendo unas costumbres, ir forjándose un carácter(un buen carácter) para idear nuestra propia vida.Hacernos a nosotros mismos.
A diferencia de los animales, cuya existencia está determinada por su propia naturaleza, es decir, que tienen su vida hecha, las personas somos seres naturalmente desorientados. Esto significa que nuestra naturaleza condiciona nuestro vivir, pero no la determina; por eso, necesitamos conducir nuestra vida y también construirla.. Aprender a vivir es, sin duda, el aprendizaje más importante de todos cuantos podeos realizar.

miércoles, 14 de mayo de 2008

¿Podemos desobedecer la ley?

*OBJECIÓN DE CONCIENCIA Y DESOBEDIENCIA CIVIL

Cuando de realiza una objeción de conciencia significa que se niega a cumplir determinadas leyes por motivos morales o religiosos. Ésta es un derecho y es legal, por estar en la propia ley (en un buen número de constituciones actuales).

El caso es diferente cuando se trata de la desobediencia civil, que se refiere a que los ciudadanos se opongan justificadamente a las leyes y no las cumplan.
La desobediencia no presenta ningún problema cuando las leyes las ha puesto un dictador, o cuando el procedimiento democrático no cumple las condiciones mínimas. Entonces estaríamos ante un autoritarismo, un abuso de la autoridad, y el derecho de resistencia estaría justificado.
La posibilidad de desobedecer al derecho dando argumentos sólo aparece como problema moral en un régimen democrático.


*LA DESOBEDIENCIA CIVIL EN LA DEMOCRACIA

La cuestión es...¿pueden existir, en alguna ocasión, razones morales para negarse a obedecer leyes vigentes en un Estado democrático de derecho?

Aquí estamos ante una diferencia clave entre la obligación moral y la obligación política, es decir, entre los derechos de las personas y los deberes de los ciudadanos.
Hay diferentes formas es que se puede dar esta desobediencia: la insumisión, la objeción fiscal, los cortes de carreteras.... Estos se pueden considerar como uno de los rasgos básicos del sistema democrático, ya que las razones que se dan para justificar su acción se remiten a los valores que legitiman el Estado de derecho.
La desobediencia civil es importante porque, por un parte, suele ser la última oprtunidad para corregir los errores de las leyes y también porque puede servir para presionar a una reforma política.

Es evidente que nunca puede existir la posibilidad legal de desobedecer al derecho. Po r lo tanto, desobedecer al derecho siempre será un delito, pero según se trate este delito tendremos un mayor o menor grado de democracia de cada país.